Eventualmente desapareceré con el viento, donde tu voz ya no alcanzará mi corazón, se perderá el eco entre las montañas y los árboles, y al final esto es sólo la cuerda con la que te suicidaste, pues yo era la única silla que tenías para evitar estrangularte. Ahora... solo espero paciente, sin remordimientos ni prisas, para continuar mi camino, lejos de tus vistas.
No te deseo mal, sólo lo mejor, pero me haces llorar, cuando sé que eres lo peor...