Dejó que el viento sea el que erosione los rastros,
abandonando sus manos al agua
hasta que se destiñeron de tiempo,
de sangre vencida..
El sentir inamovible se hace roca
y nadie sabe que antes existieron caminantes
que no pretendían más que cielo,
o innumerables cruzadas que la pasión provocó
sin imponer banderas.
A veces uno cree que fue el destino,
ese Otro poderoso que acomoda cada partícula.
Pero la libertad es un don que puede parecer inabarcable
capaz de traer dignidad o todo lo contrario..
Abandonó sus manos,
demoró sus barcos hasta perderlos en el olvido..
Y se oscureció lánguidamente
pensando que fue un designio.
Texto agregado el 07-12-2011, y leído por 316
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
21-01-2012
el poema es increíble amiga, pero la estrofa final es perfecta... sludis ramen
26-12-2011
Qué buenas metáforas, me complace mucho haberte ubicado. ***** mepm
07-12-2011
Bellas letras para mi mañana de miércoles, mis******* nanajua
07-12-2011
"... se oscureció lánguidamente pensando que fue un designio..." me ha gustado seroma
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