Un día más me despierto con una sensación extraña, con ese peso sobre los hombros, como si tras la noche
llegara un día hueco,falto de color y de sentido, Me asomo a la ventana, nada que me atraiga, que me ilusionen nada que me apetezca hacer.
De pronto viene a mi un atisbo de esperanza, pienso que esta noche le venceré o al menos me enfrentaré a ese cazador de sueños que me tiene de esta manera, tan sin ganas.
Las horas pasan,hago el monótono trabajo, la rutina cansina y al llegar la noche me dispongo a dormir y me digo que ha llegado el momento, voy a recuperar mis sueños, hoy va a se el fin de esta larga pesadilla.
Nada más penetrar en el sueño me encuentro con este cazador, me está esperando, acechante y nocturno, en sus manos lleva el caza mariposas con él que noche tras noche me ha ido desposeyendo de todos mis sueños, dejándome echo una piltrafa.
Voy derecho hacía él, no pienso escabullirme, le miro fijamente y justo cuándo me lanza su red me veo serpenteando, huidizo y rápido y como serpiente que soy ahora me escurro en su gran saca, ahora puedo ver el arco iris robado, sentir el beso que perdí, el aroma del bizcocho recién horneado, aquí está mio cometa, la rueda de regaliz rojo, esa nana con la que mi madre me dormía, todo lo que soñé algún día se halla encerrado en este saco.
Intento sacarlos fuera, recuperarlos, pero como serpiente no puedo abrirlo, pienso que estoy dentro de un sueño, que puedo ser cualquier cosa y me convierto en un ratón, royendo el saco, por un agujero van saliendo todos mis sueños, mis esperanzas e ilusiones, lo engarzó todo y me lo pongo al cuello, no voy a dejar que nadie me los quité.
Mi primera intención es la de huir, salir corriendo pero me doy cuenta de que si me coy cualquier noche volverá a cazarme y de nuevo me veré desposeído de todo lo que soy, de todo lo que tengo.
Me pongo frente al cazador, este lanza una gran risotada al verme ahí. tan altanero y tan pequeño y justo cuando casi me aplasta con su gran pie me veo escupiendo fuego de una de mis múltiples cabezas, soy un dragón, me digo mientras le lanzo otro llamarada :
¡ Adiós, cazador de sueños!
Esta mañana siento que la vida me esta esperando y salgo corriendo a recibirla.
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