estaba asustado... dijeron que iba a morir en unos días o quizá horas, minutos... miré mis piernas amarillentas, secas como la cera y huesudas, mis manos llenas de pelos blanquizcos y mi enorme barriga como la de un canguro... no podía dormir desde hacía medio año, por ello fui donde un doctor que cobrara poquito… luego de verme de arriba hacia abajo, me dijo: desnúdese... ya en cueros me metió una especie de serpiente de plástico a través de la boca, y luego de sacarme un líquido blanquizco que apenas lo vi sentí nauseas... pasaron las horas y luego me dijo que era un milagro que aun estuviera vivo y que me daba poco tiempo de vida... me asusté a pesar de vivir en medio de la muerte... siempre hablaba de la muerte, que me recogiera y me llevara lo más pronto posible, y ahora que es un hecho, estoy en blanco y lleno de temor ante lo desconocido...
pasaron los días con sus noches y una de esas noches, sentí que había llegado mi hora… recordé los libros que había leído acerca de la muerte… el dolor al estómago era mas y mas intenso y localizado, como si tuviera dentro a un regimiento de excavadores microscópicos… de pronto el dolor se fue y comencé a ver extrañas figuras de luz, cada una de ellas se acercaba hasta casi arañar mi rostro… a pesar de estar a oscuras veía líneas de luz, formas de figuras que lentamente aumentaban, tomando formas diabólicas… traté de pararme pero no pude… mis manos estaban colgadas y muertas… quise mantenerme con los ojos abiertos pero no era posible así que los cerré… fue extraño, estaba dentro de un lugar donde había una luz moderna… había campos verdes y personas paseaban a lo lejos en unos carruajes pequeños y llenos de salud… es el cielo, pensé… de pronto algo se rompió, como si se hubiera caído una jarra de agua y mojase todo aquel lugar porque empezó a llover y llover como si fuera el fin… las aguas me arrastraban hasta llevarme a un lugar donde todo caía… todo fue extraño, no sentía nada… ¿es la muerte así?, pensé… todo se hizo oscuridad y luego, estaba echado frente a unas manos inmensas y un rostro de alguien… quise hablarle, pero este no parecía darse cuenta de mí… de pronto quise pararme y salí volando hasta llegar al techo de aquel lugar, y fue allí donde me di cuenta que era un bicho, un hermoso bicho lleno de algo más hermoso como esta vida… volé y volé hasta llegar a un cielo lleno de dicha…
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