furia, negación y pecado
furioso
yo y el suelo que piso
resbaladizos, ambos
sucios de hojas
una nube audaz, intuye mi aflicción
me va lloviznando
solo ella, audaz en su pequeñez
descargando su latente furia – que pretenciosa -, con su tamaño
solo lloriquea, puja en finas gotas
no es furia, es solo molestia y chirimiri
desdichada nube
pronto desaparecerás
niego con la cabeza
cuando se me cuela el frío por el cuello,
malditas gotas buscadoras de calor,
enfriadoras de cuerpos calefactados
pájaros sobre los cables de la luz
pentagrama musical
notas dibujadas en el horizonte
sin melodía
mis pasos suenan mejor con la gravilla
mis zapatos hablan lenguas nórdicas
llego empapado al templo de la negra locomoción
la puerta del servicio de damas, abierta
el tubo fluorescente parpadea con ruido
hace frío, se quedaran los culos helados
siempre están helados, los culos de las damas
-por lo menos por mi tierra,
no sé, en los sures latinos-
una mujer pinta sus labios en rouge fuerte
creo que es una profesional
lo es, confirmado,
me saca la lengua, y mueve los pechos
guiña un ojo con picardía
muevo la cabeza en negación,
es la segunda negación de esta tarde-noche
aún no ha cantado el gallo
mujer lengua, pechos, guiño da un portazo
empapado, con mi bolsa de gasolina
desando, el camino de los resbalones
de las lenguas nórdicas, camino de aprender islandés
rekiavik, rekiavik, sikiavik
parezco un “sondado” paseando una bolsa de excrecencia
en la distancia me da un toque máquina con la boca abierta
un testigo iluminado, indica mi pecado
luces tac-tac,
luces tac-tac,
faro en la noche, tormenta de mi torpeza
creí que llegaría a puerto
fe hidrocarbura
religión del 8,2 litros a los cien
con sus diez mandamientos
el cuarto “no apuraras”
he pecado y sufro mi penitencia
maletero absurdo, llevo de todo menos paraguas
dos monopatines, un balón, una cuerda de veinte metros
¿para que .... quiero una cuerda de veinte metros?
veo a profesional en la cabina de un camión
seca, caliente, guapa, con la noche aprovechada
niego por tercera vez
no soy San Pedro, ni Baudelaire
no soy piedra, ni maldito
solo me he quedado sin gasolina
ese fue mi pecado
Antonio © M. ( T i T o. M.)
1/Diciembre/2011
Pensamientos Vagabundos
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