Un barco partía, en la profundidad del mar un pequeño ser latía emocionado, sabía que siguiendo la estela de esta gran mole llegaría al lugar indicado, se enmarco detrás del navío, sigilosamente rodeo con sus ojos aquella esperanza, que aún lo mantenía vivo.
Fue largo el viaje, su corazón ya no podía soportar el tiempo, apretando en su espíritu aquella lejana ilusión que lo convenció de partir detrás de ese barco, un hada madrina le concedió ese pedido desesperado, cuando lo siento llorar, gemir arrullado en el precipicio de su desaparición.
El veía que su esperanza no terminaba de completarse, sintió dudas, miedo, dejo de creer en su hada, dejo de esperar, y se abandono a la estela, siendo llevado por las fuerzas de los motores más que por la suya, el tiempo le pesaba, la distancia parecía crecer más y más, entraba y salía de su interior recordando aquel momento, cuando una red maldita la atrapara, sentía rabia, mucho miedo.
Al fin parecía que el viaje terminaba, lentamente se fue alejando buscando ese paraíso donde su pareja estaría presa de la emoción y egoísmo humano; sintió un golpe en su cuerpo, y una red lo tomo desprevenido lo fue absorbiendo hasta llevarlo a la superficie.
Cuál fue su sorpresa, allí, había muchísimos como el danzando en medio de una laguna pequeña pero grande para hacer piruetas, se siento tan alejado de la realidad, de su mar, creyó que allí se terminaba su búsqueda, ya no encontraría a hortensia, esta vez su vida llegaba a su fin, en medio de todos sus pensamientos y miedos vio a lo lejos un arco iris pequeño, entrañable y hermoso.
Hortensia planeaba y saltaba con una soltura inimaginable, su belleza lo sorprendió y sintió renacer su esperanza, su cuerpo se tenso, reacciono, y nadando velozmente llego al lado de su amor, ella lo reconoció, miro el cielo, hablo con su hada madrina, agradeció a los dioses del mar, y fue velozmente a su encuentro, Arturo está nuevamente a su lado.
Ya nadie podría separarlos, la luna brillo nuevamente entre los reflejos de la sal marina.
MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI.
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