Vestigios de verdes perdidos
estallan, en el desorden de tu bosque.
Se inflaman los colores en las sendas
navegando el expansivo monte.
Las ramas trasforman el infinito
libando notas de rocío perenne.
Escabullendo al sol,
en la madriguera de hojas,
aspiro lirios y azahares.
el abismo de lo umbrío atrae la saeta
con sana picardía innata,
para finalizar, más allá del preludio
estallando en la fatal oscuridad.
Entonces la floresta renace
como edén de madrugada.
Texto agregado el 30-11-2011, y leído por 337
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Lectores Opinan
30-11-2011
Excelente metáfora. Muy bueno y muy bello. Mis***** Beticita