Francisquito Sava es un buen hombre de temperamento irascible, muy impaciente, intolerante y bastante impetuoso. Paradógicamente trabaja en la Oficina de Reclamos. Algunos lo llaman Karma, otros ironía de la vida... yo prefiero llamarlo aprendizaje.
Como todos los días, una vez mas Francisquito acomodó su malhumor en su escritorio dispuesto a dar pelea a las exigencias de todos. Una a una fueron pasando las personas con sus reclamos, algunos gritaban, otros lloraban, otros maldecían. Última esperaba una mujer. Tenía el nro. 1234, vaya espera.
- ¿Cuál es su reclamo?. La interpeló con apuro Francisquito.
- Yo vengo a reclamar... Hizo una pausa, para ella sólo un segundo, para él toda una eternidad, y prosiguió.
- ¡Nada!.
Francisquito enfureció con una explosión verborragica.
- Ud. esperó que pasaran 1233 personas para reclamar... ¡Nada!. Ud. me está haciendo perder mi valioso tiempo en... ¡Nada!. Le explico, últimamente tengo varias cuentas que saldar, no logro formar la familia que soñé, este empleo es un asco y Ud. me complica aún más la vida por... ¡Nada!.
Sabe Ud. Srta. que el significado de la palabra "Reclamar" según el diccionario es: "exigir algo de palabra o por escrito, expresando quejas o disconformidad". Sabe Ud. Srta. que la mejor respuesta que doy es: "¿Reclamos a mi?. ¡No tengo todas las respuestas! . ¡Si no suma, no debería restar!.
Los roles habían cambiado. Le tocaba a la mujer atender los reclamos de Francisquito y en consecuencia responderle.
- Sabe Ud. Sr.que el significado de la palabra "Reclamar" según el diccionario es: " Volver a Clamar. Volver a pedir apasionadamente algo cuando mucho se necesita!.Sabe Ud. Sr. que la mejor respuesta que obtengo es: "Clama a mi. Yo te responderé y te enseñaré".
Se miraron y callaron tempestivamente como si las palabras se hubiensen agotados para ellos.
La adrenalina propia de la discusión se fue calmando. Tal vez porque ambos tuvieron un espacio para reclamar. Tal vez porque ambos fueron escuchados. Tal vez porque ese soplo de aire fue la mejor respuesta que ambos estaban buscando.
Francisquito rompió ese largo y profundo silencio para cerrar las puertas.
- Chau. Respiró Nunca más Él volvería a atender los reclamos de Ella.
- Sí, chau. Respiró la mujer. Nunca más Ella volvería a presentarle sus reclamos a Él.
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