poema de la incertidumbre
sobre la fría turbulencia
de los rápidos,
fogonazos de sol en la hojarasca,
ahogado
en mi pensamiento,
acompañado de hojas caídas, compañeras,
resisto con la ropa mojada
he conseguido sobrevivir a una palabra
purificado en el río del devenir
que me lleva,
observando a los habitantes
de las oscuras grutas,
que desde la orilla
me saludan
y me dan la bienvenida
hacen señales con sus candiles
me invitan a sus casas
solidarios
a cenar sopas de nada
pero, sigo mi camino
ahora, no son de mi tribu
los sigo evitando
pero los comprendo
me indigno, grito
ellos se resignan
pintados con los colores del conformismo
y por la noche bailan,
alrededor del tótem,
Oh gran Te-Uve
protege a tu pueblo
cuando arribé a la ciénaga,
al oscuro pantanal,
donde los cráneos flotan sonrientes,
embadurnados de sortilegios y brea
de la nueva brujería,
cadáveres industriales
detritus del porvenir,
quizás me una a ellos
en un ritual iniciático,
o nunca me acepten
porque no soy de ellos
fluyendo encontrare un sitio
ahora que voy a sucumbir,
apacible como una rama gruesa
impregnada en resina,
donde descansaré de mi viaje,
allí afilaré mi daga
preparando mi regreso
o mi muerte,
me cortaré las venas
o la clavaré profunda
en las entrañas del monstruo
aun no lo sé
lo dijo Bob
y sigue rodando
me gusta Bob, y su voz con sinusitis
llevo un dorsal en la espalda
soy estadística
huelo a mar, amanece
quizás me salve
Antonio © M. ( T i T o. M.)
24/Noviembre/2011
Pensamientos Vagabundos
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