Este es mi pecado, cruel es la carga que me atormenta noche y día, los sueños se parecen, la realidad es otro sueño igual, que desencadena mi malestar, me quiero despertar ahora, cuando aún la primavera está presente, ahora, cuando el tiempo me dejo un ramillete de claveles.
Pero lo intento y más me pierdo en este caminar sin viento, este andar sin huellas, este sentir sin corazón, porque será… herede una carga que me persigue incontrolada, me hunde, me atormenta, sin embargo sigo presente en ese mundo ácido, donde solo el poder se olfatea, no hay un solo sorbo bebible, un solo pedazo de pan comible, todo está inerte, no fluye, solo es un tic -tac intermitente que se agota, se eleva, se maldice y se desprecia.
Un camino es posible encontrar, un sendero seguro que me ilumine, que me asista en medio de esta tormenta irascible, la confusión es falsa, el apego es el temeroso, ése, es el que fluye sin control, no hay engaño, solo un mal sueño que al despertar se irá para siempre de mis manos.
MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI
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