Cuan tormentoso puede llegar a ser el silencio absoluto,
La calma te avisa lentamente que algo se precipita hacia el interior.
No puedo dejar de pensar últimamente en mi propio reflejo,
Aquel que cuando paro a verlo me es más extraño.
El silencio del cristal refleja el vacío de un grito sordo.
Como puede ser que no me reconozca, que no pueda creer que el que me mira desde allá, desde tan lejos, sea yo.
Me pregunto que soy en el silencio expectante.
Los caminos no existen o al menos es lo que nos han hecho creer, pero si no existen, si es todo una mentira que nos hemos tragado ingenuamente, si es verdad que no existen caminos. No existimos ni nosotros mismos.
Si fuera así, reconocería mi propio reflejo y diría orgullosamente que ese de ahí delante soy yo, mi parte perdida encontrada.
Pero hay demasiado silencio y algo se aproxima, despiadado, lentamente, como un depredador que espera que su victima se distraiga un mísero segundo y aprovechar el tumultuoso silencio para saltar.
Todo es demasiado complicado.
Combato el miedo, dejando pasar el tiempo y ese mismo tiempo,hace que cada vez mi imagen deje de parecerse a lo que en mi mente concibo como mi yo real.
Y ese tiempo es el único que tengo.
Tiempo, Silencio, Muerte.
Puede que lo que espero es mi propio fin, mientras no hago nada para evitarlo.
Imagino que las ilusiones deben ayudar, pero ilusión de que o de quien,
¿Dónde se compra una?
Si se pudiera adquirir con visa, donde la pondría, donde la guardaría recelosa de perderla. Que angustia!
Si no naces con ella, si no te ha acompañado en tu vida, en el camino que dicen que no existe, en el silencio de algo que te viene encima.
¿Donde se compra una? |