Despierto, pero permanezco recostado sobre mi cama con los ojos bien abiertos. Suena el despertador. Es hora de levantarme, meterme a la regadera, prender el radio en el programa matutino del 95.5, vestirme a medias, atragantar un pedazo de pan o cualquier articulo comestible que encuentre en la cocina, salir corriendo apurado, calentar el auto, pensar seriamente en que tengo que reparar ese sonidito que anda haciendo mi auto (no repararlo en realidad), terminar de vestirme mientras manejo, llegar a mi trabajo y tratar de sobrevivir las siguientes 8 horas sin perder la cabeza.

Decido no hacerlo.

Me merezco un descanso. Soy un buen trabajador, puntual, responsable, no he faltado un solo día en 2 años, nunca me han incapacitado, siempre cumplo con todos y cada uno de los caprichos del patrón, me merezco un día para mi.

Tomo mi despertador y lo apago. Permanezco recostado viendo el techo de mi recamara, pensando. Antes de volverme a dormir, debo pensar en una buena excusa para faltar a mi trabajo. Si no hablo y aviso, estaran marcando toda la mañana tratando de descubrir el motivo por el que no fui a trabajar, sera mejor que avise.

Pero antes de hablar, es importante pensar en una buena excusa. La clave de salir bien librado, es una buena excusa. A ver, que evento pudo haber acontecido, que me obstaculizara de presentarme a mis labores. ¿Gripa? No, ya van varias veces que he ido a trabajar a pesar de que ande engripado, además, mi voz no sonaría lo suficientemente engripada por el teléfono, sonaría mas a que me dio flojera presentarme a trabajar.

¿Algún tramite legal?, no, ya que muchas veces ese tipo de cosas se saben por adelantado y ya hubiera avisado, aparte que, muchas veces no toman mas que un par de horas, me pedirían que al terminar mis asuntos me presentara.

Que me he hecho una lesión seria y el doctor me ha pedido reposo, no, mañana que me vea bien descubrirían mi artimaña.

Piensa, piensa, el tiempo se me esta pasando y no logro pensar en una buena escusa... Al demonio, solo llamare y dire que tengo un problema personal, solo pondré voz seria, como si lo peor me estuviera pasando y no creo que sean tan metiches para preguntar que, y en caso de que si, solo pondré una voz aun mas seria y responderé "es personal"...

Tomo mi celular, marco nervioso, poniendo toda la fe en mis habilidades de actuación. El teléfono timbra, pero no contestan. Mi mente recuerda que la recepcionista entra media hora mas tarde que yo. Nadie estara disponible al teléfono hasta dentro de media hora, cuelgo y decido esperar.

Mientras estoy recostado, pienso en las posibles consecuencias que pudiera tener al no ir a mi trabajo. La primera, la mas obvia, perder el pago del dia de hoy, eso es de esperarse. La segunda, seria la opinión de mis compañeros de trabajo, al faltar yo, mi carga de trabajo tendría que ser dividida entre ellos, ya los oigo diciendo "pinche huevón culero, seguramente se quedo dormidote en su casa", no estarían equivocados. La conciencia me empieza a remorder. La tercera, seria la opinión de mi jefe, que tal si mi mentira es demasiado obvia, y decide que no quiere trabajar con semejante escoria, perezosa e incompetente y me despide...

Chingado.

Me levanto, me baño, me visto a medias, como un pan frío y mordido que encontré en un plato en la sala, caliento el auto, me propongo a arreglar ese sonidito en cuanto me paguen (probablemente terminare pisteandome ese dinero) y me dirijo hacia mi trabajo.

Al llegar, noto vacío el estacionamiento. Ningún otro trabajador esta afuera de la puerta de entrada, como suelen estarlo, la única persona a la vista es el guardia de seguridad. Me emparejo con el, para preguntarle de dicho asunto tan curioso.

- Hey, guardia!
- ¿Quibo compita? que anda haciendo?
- ¿Como que que ando haciendo? Pues vine a trabajar! d¿Donde están los demás?

El guardia de carcajea a costa mia.

- Como que vino a trabajar? Si hoy es feriado, hoy les dieron el dia!

Mierda. Regreso a mi casa, me pongo de nuevo las pijamas. Prometo no volver a dejar que la moral sea participe en mis decisiones.