Regreso a casa con Leo, el joven que amo.Felices de caminar juntos de regreso de una pequeña caminata. Abrazados siento la tibieza de su cuerpo, elucubrando que nuestros sueños se conviertan en realidad. ¡Oh, el amor y la juventud !
Despues de despedirnos Leo va a su casa y me quedo un momento mirando la flores del jardín, muy cuidadas por mamá. Como nunca descubro la maravilla de saber observar la belleza.
La calidez de la brisa de la tarde acerca a mi rostro su frescura y los diversos aromas.
Miro al cielo, aparecen las estrellas de diversos tamaños y la solitaria luna, tan bella en su atuendo de plata y luz. La sigo mirando y algo toca mí alma y siento que no sea feliz, se sabe bella,estéril y solitaria, debe sentir pena. Contempla el éxtaxis de los enamorados al anochecer. No sabe si ella va trás el sol o este va tras ella, ni lo años que faltan para un encuentro fugaz que no aclarará sus dudas.
La luna no es feliz.

Silvia Parra B.