Ya habían terminado las clases
la cajita estaba frente al escritorio
y el mar estaba omnipotente frente a todos.
Soñó un día en clases
un viaje sin derrotero
ni recuerdos para la noche
el olvido estaba en las aguas.
Las flores le decían en silencio que no había muerto
las cartas siguen en la caja
el tesoro de su vida no ha marchado
el destino no existe en su viaje.
Lo sempiterno seguiría girando
orbitando en la noche iluminada
la arboleda kamikaze miró al cielo
le espetó en un silbido
Que nunca lo dejen de buscar.
Texto agregado el 21-11-2011, y leído por 127
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