Pensé si alguna vez me enamoraba
quise que fuera de una flor, de un verso,
de una noche estrellada o de la luna,
del mar o el firmamento.
Quise entregar mi amor ilimitado
a las aves, al sol o a los luceros,
o como un loco que delira y siente
amar mis propios sueños.
Pero mi corazón desobediente
en contra se tornó de mis deseos.
Mi corazón, no sé, se ha rebelado
contra mis pensamientos.
Mi corazón se enamoró de ti,
e hizo, mujer, de mi tu prisionero,
pero feliz yo soy porque tú eres
más que todos mis sueños.
Ante ti no son nada las estrellas,
el mar y el firmamento,
es tú hermosura más que el sol, las aves,
la luna y los luceros.
Eres tú de las flores la más bella
y el más precioso verso,
mi corazón no pudo equivocarse
al sentir este amor que es tan intenso.
Este amor hacia ti, mujer preciosa…
De ti me enamoré sin pretenderlo;
mi corazón rebelde me hizo verte
como mi complemento.
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