He observado cómo se va formando el cirrus,
En aquel eterno juego del cielo.
Como aquellas nubes dispersan la luz
y en momentos son blancas como el alma,
van tranquilas en su camino,
tomando formas uniéndose a otras,
viajando solas o en compañía…
Pero en ocasiones, por algún motivo
que no queremos comprender,
se van acumulando y juntando tanto
que su gruezor, las transforma en
oscuras y amenazantes nubes grises…
¿Qué significado tienen los cambios?
¿Por qué se dan en las nubes?
Si fuera un corazón, un alma, un ser…
Tal vez, todos esos pequeños cristales
en su hermosura, en su diminuto tamaño,
deben descender, volar lejos del resto.
Y la lluvia caer en una velocidad promedio
viene tímida, sensible casi silenciosa,
va dejando su estela, su marca.
Pero su fuerza es inquieta,
tal vez mas de lo ella cree…
Si, debe ser que si su alma grita
puede ser tan destructiva, casi aterradora.
Pero todo eso es útil, limpia la tierra,
crea nuevos surcos, aun cuando en ocasiones
tenga miedo de crear nuevos caminos,
su trayecto es silencioso,
es un camino largo en ocasiones.
Y la unión que hace al tocar la tierra,
deja un sonido constante,
muchas veces tranquilizador…
¿A quién no le gusta sentir la lluvia cerca?
Es bueno sentirla rozar la piel,
cuando hace contacto con el al alma,
deja su huella, marca sonrisas…
Tal vez no tenga conciencia de eso,
y solo vive, tal vez era su forma de descansar,
de reunirse con sus seres amados.
Tal vez solo un momento para pensar…
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