Fraguándose como un edén el lugar aquel se consolida. Con su tinglado de nube, su puerta viaja en imágenes lentas. Donde un muro de papel se descolora con la brisa. Por un mar de fantasía las paredes opalinas descansan sombrías. Los pliegues del sauce extraviado en una góndola contiene tu ropaje. Así desnudo el paraje hurgando descubrí entre versos sin sentidos tu piel, y cataratas de sonidos. MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI
Texto agregado el 17-11-2011, y leído por 420 visitantes. (5 votos)