Cuándo mi madre bajó del coche lo único que se me ocurrió hacer fue mirar por la ventanilla.Una de las mejores decisiones que he echo en mi vida, porque desde allí los miré. Al horizonte observé dos figuras, dos fumadores, cada figura con un paragüas cerrado en la mano que no sujetaba el pitillo, pero los dos si una sonrisa en la cara.

Una de esas figuras era una mujer baja y delgaducha con una gran ojera por cada ojo. La otra figura era un hombre bajo y delgaducho con una enorme ojera por cada párpado.

Tantas coincidencias y ninguno dijo nada, pero los dos se hablaban con la mirada, diciendose cosas que no eran normales para mi como si hablasen en otro idioma, que no escuchaba, que no entendía...