El mismo sol del nuevo día
y mi respiración
que a menudo es tan extraña.
Evoco una palabra
y la aurora me invita a
defecar sobre sus zapatillas blancas.
Entonces, me detengo y pienso.
Hace siglos que atraganto el mundo en la garganta,
un mundo que no es el mundo
sino unos cuantos tragos de textura…
una hoja en blanco
o el papel vagamente vomitado de palabras sueltas.
Tengo un mundo atragantado en la garganta.
El mejor sedante, el silencio,
ya no me aplaca por las noches,
se descubrió en poesías en las que confié.
Y se rebeló como la voz oculta de lo que callé.
Aun así, hablo dormida.
Las palabras son un puente
entre el sueño y mi vigilia
como un dedo constante en mi garganta.
Como el mundo constante en mi garganta.
Texto agregado el 15-11-2011, y leído por 93
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Lectores Opinan
15-11-2011
Bendita posibilidad de expresarnos nos dan las palabras que son las que nos transforman en humanos. Y entre silencios y palabras la posibilidad de respirar y cambiar con ello nuestras energías y nuestros estados emocionales. 5* Susana compromiso
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