Era un día cualquiera, una noche como otra, en que sin saber ni como ni porqué cambio toda su vida, so sabe si fue por casualidad, o quizás por accidente, el caso es que Blanca se metió en la cama de una manera y amaneció siendo una persona completamente distinta.
Tal vez fue un sueño o una ensoñación, el caso es que descubrió a Volgelfrei, un ser pequeño y juguetón que vivía dentro de ella, en algún rincón de su alma.
Volgelfrei quiere decir "pájaro libre"- le contó, así soy yo, el espíritu en en ti mora, mi carácter es libre y rebelde y por lo tanto esa es también tu naturaleza.
Blanca se sorprendió mucho al verlo, era como una mariposa de luz que revoloteaba por ella con pasos tan ligeros como pétalos dorados, dejando un haz de luz halla por donde pasaba.
-¿Cómo es que no te vi antes?,¿eres un recién llegado,preguntó Blanca.
- ¡Oh, no, siempre hemos estado juntos!. Estoy a tu lado desde que pusiste la primera pieza del puzzle de tu existencia.
-El puzzle de mi existencia...suena bien, pero no entiendo.
Es facíl tu estás aquí y ahora como Blanca pero antes en otras vidas has podido ser muchas cosas, cocinero o fraile, blanca o negro, príncipe o mendigo...En esos otros rostros he estado contigo. Juntos hemos aprendido, hemos vivido diferentes épocas y situaciones, hasta llegar a este momento en que nos reencontramos.
-¿Y como es que no me di cuenta antes de tu existencia?
-Ya sabías de mí,siempre que hacías caso a tu intuición, a esa voz que te hablaba a oido y que tu escuchabas o cuando seguías tus corazonadas, cuando ayudas a la gente que te rodea... estabas en contacto conmigo, quizás no me conocías pero ya me adivinabas.
La chispa de Volgelfrei ilumino la vida de Blanca, cada día la iba mostrando estancias que aún estaban deshabitadas o faltas de color, a veces pasaban por la habitación de la tristeza que era algo fría y gris.
-Mírala bien, estate en ella siempre que lo necesites, vas a encontrar motivos para estar triste, pero no te quedes demasiado tiempo en ella, aprovecha para pintarla de colores, para crear una melodía o para escribir un poema.
A veces pasaban por estancias oscuras en las que habitaba la ira o la rabia, aquí se respiraba un aire denso.
-Tranquila, decía Volgelfrei, a veces es inevitable tener estos sentimientos, cuando te pase esto no hagas nada, tan solo respira profundamente, así la rabia no sale, poco a poco se disipa y la habitación se ilumina.
A veces llegaban a uno de esos rincones donde se había escondido el miedo, aquí costaba mucho entrar, todo era oscuro y frío, Volgelfrei cogía a blanca de la mano y la empujaba hacía dentro, mírale de frente, decía, no es tan fiero como le pintan, una sola chispa de tu luz le hace retroceder, mira, se quiere escapar, no le dejes, tienes que liberarlo, siéntelo y afróntalo, así serás libre.
Así es como iban navegando, lo que al principio fue nadar en un mar de dudas y confusión se fue convirtiendo en una danza, en el juego de saltar las olas, descubriendo tesoros en islas misteriosas, o dejaban el océano para volar junto a las estrellas-
A veces Volgelfrei se enfadaba, siempre que veía árboles talados o mares y río contaminados.
- No entiendo nada, los hombre actuáis como si hubieras inventado una máquina capaz de crear la lluvia o un artefacto que elabore el aire que respiráis. ¿No veis que es la Naturaleza la que os sostiene, la que os da la vida?. Sin ella no hay nada.
Blanca también estaba triste, Volgelfrei tenía tanta razón, ambas se entendían tanto...Ahora se dedicarían a enseñar a sus compañeros a cuidar de cada gota de agua, a cuidar de la tierra, es nuestra casa, les decían, nuestra madre, tenemos que cuidarla-
A ambas les quedaban muchas cosa por hacer, aún tenían que aprender muchas lecciones y pasar varias pruebas, tantas como necesitara su alma para crecer, para ser una Unidad, pero lo harían sin desfallecer, venciendo sus miedos, con la armadura de su Amor, quizás a veces tuvieran que repetir algún examen pero contaban con su fortaleza y voluntad, sabían cuál era su caminos y esto es lo importante, aunque tuvieran que andarlo paso a paso.