Podría ser el paraíso y aun así no darnos cuenta.
Podría ser nuestra mentira y aun así ser la verdad.
Se me entumecen los dedos del pie, me sacude su sonrisa y no he podido escapar de la ternura de la niña.
Te casaste buen amigo, tu lado femenino dejo fluir aquello y pudiste besar la niña del bus finalmente. Que ya es la mujer, le permitiste florecer.
Te me has quitado y aun así todavía te me enquistas en frente.
Disculpa por temer a estas marcas del tiempo, tantas mentiras y los antioxidantes también me han fallado.
Como podremos acercarnos sino fui capaz de reconocerte cuando estuviste ahí. Tu cauta, bella y poco perversa habla cuánto me ha costado. He muerto aun antes de amarte, de amar lo que no es, lo que simplemente no puedo.
Que Dios te ha visto y eres más fuerte que tu voluntad y me duele verte ir, pero crecerás más con los tuyos. No pierdas tu fe, tu verborragia y la timidez que no me desnudó, que no me descubrió.
Podría ser un paraíso y es el jardín de mi casa, donde los frutos de los arboles involucionaron conmigo. Hoy estábamos tan cerca y me fui. Mire mi destiempo y fui por la obligación. La mugre volvió debajo de mis manos y la inercia dejara que sigas el rumbo sin mí, porque no te nominare, no me compartiré y seré lo que la foto capturo, la imagen no más.
Podría ser tu paraíso pero seré el puente que comunica los puntos de vínculo, al servicio de lo demás, una estación de reparo y la fuente del suicidio de muchos. De mí tal vez.