A TRAVÉS DEL CRISTAL…
Tú me enseñaste a mirar a través del cristal.
Un cristal tan transparente, sin vestigios de maldad,
siempre confiando en que todo, ha de tener su porqué…
Si la vida nos fue dada, hay que aprender a querer.
Esa tu gran fortaleza, a tu paso engrandeció,
tu fortuna de quereres, que al final enmudeció
y sus lágrimas calladas tu ataúd solo cubrió…
recordando tus palabras, dadas siempre con amor.
Madrecita, como lloro de mañana al despertar,
la llamada que te hacía, tu dulce voz escuchar…
Es muy triste, pasa el tiempo, oigo tu voz preguntar…
¿Cómo amaneció mi niña hermosa? Aunque niña ya no soy.
Ella se nos fue hace días, para mí una eternidad…
¿Cómo serán los que vienen, ni tenerla en Navidad?
Cuando a la mesa decía, “Gracias por Tu bendición,
por la abundante mesa, sin merecerla Señor”
Así la recordaré siempre… con nobleza de corazón
Fuerte para sus decisiones, con un derroche de amor
desde los más encumbrados, hasta al niño voceador…
Siempre se dio en cuerpo y alma… ¡Hasta que la llamó el Señor!
Hoy el cristal transparente, se me ha vuelto a empañar…
y las lágrimas se empeñan en brotar… para lavar,
la tristeza que hoy me invade, y es difícil desterrar
de mi mente su carita, “Hola m’ija… ¿Cómo estás?
María Antonieta Campos Palma
Maranti
12 de Noviembre de 2011
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