A veces están todos a mi lado y no se dan cuenta de que el único que no está ahí soy yo. Hablan y hablan sin parar y no saben lo que dicen o soy yo el que no entiende lo que saben. Están ahí, fijándose en la paja del ojo ajeno sin percatarse del gran tronco atravesado en sus tremendos culos. A veces detenemos el tiempo todos juntos al embriagarnos hasta que el entusiasmo se desborda y entonces creo que soy el único que siente al tiempo congelado, sujetándome. Riéndose, burlándose. Hay días nublados en mi cuarto, me asomo por la ventana y veo un sol quemando e hiriendo. Fuego perverso.

Dime si soy yo o ya perdimos el sentido del gusto. Dime si es que hemos caído en lo rutinario o es acaso, no lo sé, lo presiento, que la vida a veces te escupe gargajos y hay otras que te hace el amor. Dime si acaso tu dios ya se pudrió de rezos (porque yo hace mucho que me pudrí de dios.) Hay días en los que camino por calles desconocidas y al levantar la mirada del suelo es que sé que llevo más de nueve vidas recorriéndolas. Riéndome. Burlándome.

Hay veces que veo a una chica y deseo penetrarla hasta hacerla sangrar, venirme en su cara y decirle que no me gustó. Que no fue bueno. Pero hay otras veces que veo a una chica y tan sólo anhelo observarla desnuda, sin tocarla, tan sólo verla y decir “te quiero”, aunque esté mintiendo.

Dime si es el tiempo el que se aburre de mí o yo, anacrónico, el que se aburre del tiempo. Aclárame si ya se acabó la magia que a veces encuentro. Hay veces que no sé lo que siento y otras que siento algo que no sé...

Alguien dijo: “No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”.

Yo pienso empezar mañana con lo que debí empezar a hacer desde hace ya un largo, muy largo tiempo.

Elpinchequijote.