Una mañana
soñé que el mar
golpeaba mis sentidos.
Neptuno, verdugo insaciable,
castigaba mi conciencia
con feroces marejadas.
Unas tras otra, las olas parecían sábanas vivientes, ansiosas por envolver una venus indefensa.
pero mi sentido común
se agigantó.
Con la fuerza de un enorme pez
quiso luchar
contra la furia marina...
Y fue a encallar
en una playa solitaria,
hostil
como el mar
que lo arrojó
a la orilla
Texto agregado el 11-11-2011, y leído por 118
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Lectores Opinan
11-11-2011
Llama Venus, a Júpiter. Él torcerá el brazo de su hermano. Llámalo con urgencia, pues solo él ha sabido siempre como se debe tratar a una dama... Muy bueno, actualmente descriptivo. 5* kuroq