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Inicio / Cuenteros Locales / joeblisouto / el hombre de la harina

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tengo una jauría de hombres que enharinados laboran para mí... día tras días llegan antes de cada amanecer y encuentran los sacos de harina, azúcar y demás ingredientes para elaborar un buen pan... les tengo por más de veinte años y les recuerdo desde que dieron sus primeros pasos por mi vida... son gente buena, quizá sea la blancura de la harina que los hace especiales... mis padres deseaban que sea doctor, que cure enfermos, o que fuera ingeniero y que me llene de plata... la vida me dio patadas y besos, y de un lugar a otro llegué a una panadería... no sabía más que comer pan y luego de charlar con el dueño, quedé como ayudante de ventas... diariamente me levantaba a las cinco menos quince para abrir la puerta de la gente para que entren y compren el pan de todos los días... abría la puerta y allí estaban hombres llenos de carritos tapados de madera donde con una trompeta en la mano y los ojos tan rojos como ratón blanco... eran los vendedores de pan por las calles... luego estaban las viejas que compraban el pan para venderlos en las casas de sus patronas... ellos eran los primeros luego venían los demás... ese fue mi primer paso luego llegaron otros pasos cuando tuve que trabajar como ayudante de panadería donde esperaba al maestro para empezar a bolear o preparar la esponja o pre-masa... el horno era algo que me llenaba los ojos porque era como la boca del diablo, todo lo que entraba blanquito salía dorado... era magia, pura magia de cocción... los años pasaron, el dueño se murió, el maestro también y yo y otros nos quedamos sin trabajo... con lo poco que tuve compré un horno pequeño y así empecé a producir los panes todos los días del resto de mis días... y ahora están estos hombres que como yo basan sus vidas en la magia del movimiento de la santa harina... quisiera contar más cosas pero tengo que juntar dinero para pagarles su sueldo... les miro ahora ya viejos y gordos y luego me miro en un espejo y recuerdo el rostro del viejo maestro que me decía que jamás sería panadero... el mundo es extraño, un cambio constante, una muerte lenta, así como la gente que llega y compra su bolsa de pan que luego de años y años dejan de venir porque se han ido al estomago del buen dios… pero siguen llegando mas y mas gente hasta que una tarde sienta que el cuerpo me pide descanso, ese descanso que viven los que saben morir…

Texto agregado el 10-11-2011, y leído por 338 visitantes. (4 votos)


Lectores Opinan
11-11-2011 escribes correctamente. lo que pasa es que la historia no da mucho de sí; aunque le final la hace algo mejor, le falta algo de intriga parece un episodio de una novela que un cuento. pero escribes correctamente,. me refiero a escritura creativa lo que falta a menudo ( no siempre en esta página). espero haber ayudado locomotora
11-11-2011 Excelente prosa la tuya . autumn_cedar
11-11-2011 La vida es para vivirse. Relato muy inspirador. Saludos. kone
 
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