Aunque mis brazos sepan
que anidaste en ellos
no me es suficiente,

aunque tus manos se deslizaron
como cera por mi cuerpo,
y tu piel durmio en mi pecho,
y mi pelo acarició tu rostro,
no puedo conformarme
lo he dicho, no es suficiente,
no puedo volver a mirarte
cuando te haya olvidado,
porque mi alma estaria triste
como los ojos de un niño desahuciado.

he disfrazado mis lágrimas,
esas dos lágrimas
que acariciaron suavemente
mis mejillas,
como cuando llora la lluvia
en los cristales.

he corrido como humo de cigarro
para huir de ti
y enfermarme de amnesia.

pero mi pelo, tu cuerpo, mis manos
no me son suficientes.


Autor: Gladys Galicia Cordova.