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Inicio / Cuenteros Locales / EL_RETO_GANADORES / viceganadoras gmmagdalena con Melisa y Ladanny con frente a la ventana

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Ladanny
FRENTE A LA VENTANA (monólogo interior)

Mamá no me entiende claro que yo quisiera ser como las chicas que veo pasar cuando me asomo a la ventana shorts escotes peinados audaces mamá yo me siento fea tengo miedo hasta de ir al super y cuando voy no miro a nadie elijo rápido todo lo que encargaste y vuelvo tan agitada como si hubiera caminado veinte cuadras ¿por qué nos abandonaste papá? Te extraño vos me entenderías o me
darías fuerza no sé me siento tan sola aunque Juani me quiere tanto que hasta invitó a un amigo a cenar y yo sé pero no te preocupes no se lo voy a decir a mamá que te estás preparando para un curso de navegación entonces nadie te va a molestar ni
mamá ni yo y vas a poder escribir en el camarote tus poesías ya sé que eso es lo que querés hacer y leí un papel tirado lo esondí para que mamá no lo vea pero lo
guardé no te enojes lo guardé debajo de mi almohada y me fijé en el mapa a dónde queda Dubai mi querido hermanito tan lejos tan lejos ya me pongo a llorar pero en un rato venís con tu amigo y todavía no me puse el vestido nuevo sí mamá no
te enojes ya me lo pongo no ves que se va a reír de mí pero ahora me querés peinar no no quiero si parezco un adefesio…

Estoy mareada ya escuché el timbre abrí vos mamá yo no puedo me siento mal te digo que me voy a desmayar porque conozco esa voz ay
Juani ya no te acordás de que yo estaba enamorada de él era mi príncipe azul apaguen las luces y prendan las velas para que no me vea y déjenme ahí sentada frente a la ventana para ver pasar la vida…

Gmmagdalena
MELISA

La niña me miraba sonriente desde la punta del tobogán, tendría unos 9 años al igual que yo y era preciosa, tenía un cabello negro, largo y sedoso que caía en perfectos bucles sobre sus hombros, adornado con un moño rosa igual que elvestido y zapatillitas impecables, como nunca vi en los pies de mis hermanas. Sin proponérmelo, lo juro, comencé a tratar de llamar su atención sacudiendo con fuerza mi hamaca y haciéndola volar lo más alto que podía. Desde el momento en que la vi y hasta que comenzó a mirarme sonriente, pasó un rato demasiado largo para mi gusto; parecía distraída mirando a otra niña más pequeña que
jugaba con su mamá en el arenero. Yo ya me sentía cansado aunque mis piernas son fuertes y están acostumbradas a correr en el potrero cuando jugamos al futbol con mis amigos o cuando trepamos a los árboles para robar mandarinas.

Al fin se dignó mirar, y yo, como no podía ser de otra
manera, me comporté como un guarango y en lugar de sonreír, le saqué la lengua en gesto de burla y me dirigí a ella con mi peor voz de pandillero:
- ¿Qué mirás niña tonta?

En lugar de enojarse me miró sorprendida y con una vocecita dulce y vacilante me preguntó si la veía.

- Claro que te veo tonta, si estás justo en la punta del tobogán sentada con tu ridículo vestido rosa ¿no te animás a lanzarte? – terminé preguntando curioso.

- Entonces me ves – volvió a repetir.

- Claro que te veo ¿te creés que sos invisible?

- Es que nunca nadie me vio antes y menos conversó conmigo.

- Jajajaj, ¡mirá que sos tonta vos che! Mirá si nadie
te va a hablar ni ver ¿me estás tomando el pelo? – ya me estaba enojando.

- Es que estoy muerta – contestó ella con una vocecita muy triste.

- ¿Muerta? – Ayy noo, justo a mí me tenía que pasar
esto - ¿muerta ... dijiste?

- Sí, estoy muerta y esa es mi mamá y esa mi hermanita- dijo señalando, con un gesto que me pareció tristísimo, a la mujer y a la niña del arenero.

Un escalofrío corrió por mi espalda y me acordé de la
película que mi papá había alquilado hacía
unosdías para ver en casa. Una película tonta, dónde el niño veía y hablaba con los muertos y el médico que
hablaba con él también era un muerto y el niño le
decía que veía y hablaba con los muertos y......; ayyy, esa
noche y muchas noches más no pude dormir y ahora esto, esta niña tonta que dice que está muerta.

- ¡Mentirosa, no estás muerta! – contesté enojado,
mientras miraba a mi alrededor buscando ayuda, pero nadie nos miraba, ni siquiera su madre.

- ¡Sí, estoy muerta! – respondió ahora enojada ella,
con sus ojos refulgiendo de indignación.

- Bueno, si estás muerta probalo – ya estaba más que
asustado, pronto todos los muertos me hablarían - ¡Ayy Dios
mío! prometo portarme bien y estudiar mucho – dije sabiendo que mentía.

- Te lo probaré – respondió muy seria - andá hasta
dónde están mi madre y mi hermanita y deciles que Melisa las quiere mucho y que quisiera estar ahora con ellas y tomar un helado, como siempre hacíamos - una lagrimita brilló en sus ojos azules
como el cielo, perturbándome aún más - Ya
verás lo que te contesta y entonces me creerás.

La miré con desconfianza pero en realidad estaba tan asustado que aunque dudé en hacerlo pensé que era lo mejor, finalmente me decidí y dejando mi hamaca me acerqué a las que jugaban distraídas en el arenero y parándome frente a la señora intenté hablar de la forma más segura que pude.

- Señora – apenas me salió la voz – Señora.

- ¿Si querido? ¿Qué querés? Y mientras me
miraba la facha de pillo, agregó – No traje el monedero – creo que pensó que le iba a pedir monedas.

- Señora, ejem – reinicié – Su hija Melisa dice que la
quiere mucho y a su hermanita también.

Ahí sí me miró con atención y con una ceja
levantada que indicaba interrogación.

- Ya lo sé – contestó dulcemente – sé que nos quiere
mucho, al igual que nosotras la queremos a ella.

- Ayy Dios, entonces es verdad - pensé, mientras la mujer seguía mirándome.

- Mire, usted no me va a creer – comencé a tratar de explicarle – pero su hija me pidió que le diera ese mensaje e insistió en que le dijera que las quería a las dos y que le encantaría poder tomar un helado las tres juntas como antes – terminé temblando
de emoción al transmitir tan hermoso mensaje.

- ¿eso te dijo?

- Sí – contesté orgulloso de dar a una madre una
alegría.

Para mi sorpresa, la señora se paró y sacudiéndose la
arena de sus pantalones, acarició mi cabeza con delicadeza y de pronto escuché su voz gritando.

- ¡Melisa¡ ¡bajate ya mismo del tobogán y
dejá de mandarme mensajes con cuanto mocoso encontrás en la plaza, tomaremos el helado cuando yo quiera y no cuando vos quiera mocosa
malcriada!.

Mientras escuchaba las carcajadas burlonas de Melisa y mientras me ponía rojo de furia y vergüenza, comprendí que había caído como un tonto y que seguramente ella también había visto la película. ¡Maldita niña!

Texto agregado el 07-11-2011, y leído por 160 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
08-11-2011 -Frente a la ventana- de Ladanny, desconcierta, más aún cuando ví el video de la película que lo inspiró, pero la mayoría es la mayoría y obtuvo excelente puntuación, repetiré la lectura cuantas veces sea necesario para lograr entrar en el personaje del monólogo. -Melisa- un cuento excelente, con humor y mucha creatividad, una lectura agradable, como lo es cuando el escrito está bien narrado, ¡bien! Gmmagdalena. zimarron
 
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