Mi presentación
Espero no mandarme una macana, antes había escrito algo y un hombre que no me acuerdo el nombre me insultó, entonces la llamé a mi amiga la Alicia y le dije que me ayude a borrarlo, pa’ que me puso aquí si yo no se escribir.
No pensaba escribir mas, pero tengo tantas cosas que contar, y a mi me hace bien ¿Vio?
Ya no me importa si le gusta o no, total no conozco a nadie, porque yo todavía me pongo colorada aunque tenga mis cincuenta y cinco.
Me voy a presentar pa’ que me imaginen, porque mi hijo el Alberto me dijo que no ponga fotos, por eso del secuestro que sale en la televisión, aunque no creo que a nadie le importe una doña como yo, sencilla como las hay pocas y con poca plata para el rescate, además tendrían que alimentarme y soy de buen comer, pero también cocino como los dioses, no es que me la crea, es por lo que me dicen mis güirises.
Anoche hice unas empanadas como pa’ chuparse los dedos, no me dejaron ni una para el desayuno los angurrientos.
Ya me salí del tema ¡Pucha! Quería decirle como soy, de mediana estatura, algo rellenita, con muchos rulos en la cabeza que no se pa’ donde ponerlos, aunque la Amelia me regaló una crema de esas que te embadurnan todo el pelo y quedan los rulos parados.
Mi nariz es redondita y media colorada, mis labios como frutillas (me decía el finadito) y lo demás está todo en su lugar, bien proporcionado, como decía mi abuela.
Hoy me levanté temprano igual que todos los días, tomé unos mates amargos y comí unos bizcochitos y me fui a la quinta, el olor a albahaca fresca invadía el aire y el tomillo estaba muy verde y lleno de brotecitos, por suerte los tomates habían prendido, puse las semillas en una lata de dulce con bastante tierra abonada, unas lechuguitas ya asomaban sus hojas y la acelga estaba para cortar-un día de estos haré bocaditos-ya les voy a enseñar como se hacen si me lo piden.
¡Pero! si me olvidé de las gallinas que están dele cacarear, seguro que pusieron huevos las muy haraganas, hace días que estoy esperando, no son demasiado por el poco lugar, un gallinero de cuatro por cuatro y unos cajones encimados con piso de paja es lo único que hay.
¡Ya va! ¡Ya va! Están esperando que les tire el maíz las muy golosas y después me ponen unos huevos con yemas anaranjadas que da gusto, pa’ los bizcochuelos son lo ideal
Vuelvo a la casa con una canasta llena e’ cosas, catorce huevos, un ramillete de acelga y unas cebollas de verdeo que le dan gusto tan rico a los bocaditos, también un poco de albahaca pa hacer un pesto , mañana voy a amasar y hacer unos ricos tallarines.
Seguro que se cuela el vecino de al lado que está muy solo y me anda echando el ojo, pero yo no quiero saber nada después que se fue mi Adolfo, gaucho bueno como el no habrá otro.
Otro día le sigo contando de mis cosas por si le interesa, ahora voy a plancharme el vestido floreado pa’ el baile de esta noche.
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