Déjame decidir a mí.
Déjame entrar en tus pensamientos,
hombrecito que me trajo el viento,
no sierres tu puerta, se sendero de mí tiempo.
Déjame gravar tu sonrisa, en este abrazo,
traspasar el humo denso que esconde tu rostro
que hace que estés lejos, ¡aunque te siento!
Déjame sin más ni más encontrar, al niño en tu cielo,
al hombre en tu tierra, a la distancia tu cariño,
sin ser un tabú tú pasado, tú destino, lo vivido.
Déjame decidir si vale la pena amarte, alucinando,
desquiciándonos en noches mágicas, el camino seguirlo
encendiendo el cuerpo y el alma mí niño.
Déjame ser tu armonía, ¡con mis besos sientas el amor, cariño mío,
con mis caricias ser brisa sin olvido,
con el brillo de mis ojos ser luz de estrellas para amarnos en silencio!
.*N.N*.
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