Parecen haber seres que sospechan, barruntan o aún saben que los secretos existen. Un secreto alrededor del que es posible comenzar a comprender que en la relación con Dios no hay intermediarios. Esas personas conocen aquello que no hay que conocer. Cuando lo descubren quedan azorados. Afirman: ¡ Era eso! Pero en realidad de los secretos nadie parece darse cuenta. Por eso lo son. ¿ Te cuento uno? Si esta primavera estuvieras conmigo podrías explicarme porqué las flores brotan o porqué ahora la pulguita de mi nieta crece tan hermosa y con sus sonrisas alegra a mis días. Porqué tus ojos verdes penetran mi armadura y soy a tu lado un ser tan feliz.
Texto agregado el 03-11-2011, y leído por 223 visitantes. (4 votos)