Volaba, estaba feliz, mi estomago dibujaba mariposas de toco tipo de colores y formas.
Los patrones de sus alas me provocaban cosquilleos y subia por mis costillas hasta llegar al corazon, aumentando rapidamente sus latidos.
Él me amaba, e iba a encontrarme con él ésta misma tarde.
Los 15 minutos que tardó el colectivo se me hicieron años, y al subir, me senté en el primer asiento que ví.
¿Como fué que el amor, un día me encontro despevenida? ¿Cómo fué que no enamoramos tan facilmente?.
Mi mente viajaba en los distintos recuerdos: su sonrisa, sus ojos, su cuerpo desnudo, y su voz al decirme "te amo" .
Era la parada. Toqué timbre y a la carrera bajé.
Era verdaderamente un milagro que su casa quedara a tan solo dos cuadras de la parada del colectivo, y tambien lo era, que unos planes habían sido cancelados por lo que me atreví a viajar más temprano aún de lo que habíamos acordado.
Una cuadra atrás se divisaba el portón azul de su casa,seguía caminando, esta vez más despacio para tranquilizar mis ansias.
Pero, el portón se abrió.
Sonreí automaticamente e iba a gritar su nombre, pero mi voz desaparecio automaticamente.
No era él quien había salido de la casa, si no una mujer.
Mi corazon no se ubiera roto en mil pedazos, si el no ubiera sonreido , y luego, la ubiera...besado.
No era un beso cualquiera, era un beso apasionado, un beso que exijía más.
Las lágrimas brotaron y calleron por mis mejillas.
No dije nada.
Dí media vuelta y esperé nuevamente en la parada, a que llegara el colectivo.
El celular sonó una vez, dos , tres , cuatro y lanzé el celular por la ventana antes que halla una quinta vez. |