El zaguán invadido



Cantando, como si no sucediera nada,
Entraron en el zaguán y lo desfiguraron,
Hicieron vibrar a las plañideras que temían.

Atraparon un sabio búcaro para beber,
Para saciar su denostada calamidad.

Todo se tornaba remoto, escondido
O saliendo a recoger alimañas
Que llevar, entre el barro,
A los repudiados,
Aquellos que cuando
Se acercan dejan el pudor,
Se desprenden de su prenda
De abrigo raída,
Y, de pronto enseñan,
Ostentosos,
Una chupa di domine.

Es un canto desafinado
El que hacen,
Y una barbarie
Su falsa apariencia
Empedrada.


Aguadulce, noviembre de 2011
José María De Benito