En ésta tarde de cabello dorado,
vi volar en lo alto del cielo
a un pájaro de colores de hielo,
de alas grandes y canto afinado.

En su cola de miel ondeaban
cien dulces aromas de mil recuerdos,
algunos muy locos y otros cuerdos,
todos con olor de antaño pasaban.

En frente de mi casa, espejos pasaban,
se materializaron mis miedos.
parecía un anciano portando quevedos,
mientras los años se burlaban.

El pájaro se fue y me dejó en el suelo,
solo con mi corazón cansado,
cansado de permanecer congelado,
de observar pájaros sin alzar el vuelo.