Que hermosa vista se tiene de lo alto de esta montaña,
El viento acaricia mi rostro, suavemente como una madre,
Y el sol de oculta detrás de las nubes,
Dejando a su paso una estela color miel.
Los problemas son insignificantes, El amor, la muerte, la vida
Nada de eso importa, nadie es indispensable.
El amor te seduce, te inspira, te apasiona
Te hace recordar esa vieja canción,
Pero que sentimiento tan más hipócrita…
¿No lo cree?
Amor… amor, si no es correspondido susurrara a tu oído
Venenoso… venenoso transformándolo, tal vez en celos
Envidia, Odio, hasta el simple deseo de quitarse la vida.
Pero quien se ha muerto de amor, que frase más trillada.
La muerte y la vida siempre tan diferentes ¿verdad?
Tener que pasar más tiempo muerto que vivo,
Y a un así pasar la mitad de tu vida temiéndole,
Personas sufriendo con pocos días de vida o quías horas,
Y otras desperdiciando la suya viendo tan solo el tiempo pasar,
Nada es insignificante, y sigo teniendo una linda vista de lo alto de la montaña
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