-Al menos un triste recuerdo de ese día. Se lamentaba, Javier esposo de María Paz y padre de Santiago. Javier, había tenido una infancia difícil, cuando el tenía siete años trató de salvar a Héctor, un amigo, de caer de un precipicio pero no pudo eso lo había marcado para siempre, en el colegio siempre le había ido muy bien y en las demás cosas excelente; hasta este día.
Comenzaré desde el principio, era el primer día de clases y Santiago se estaba preparando para ir, todo marchaba bien, el estaba un poco nervioso, ansioso y por alguna razón no quería subirse al auto, su madre no comprendió tanto miedo si siempre le había gustado andar en auto; no se preocupó mucho por eso y lo hizo subir.
María Paz, arrancó, ya habían pasado muchas cuadras, cuando Santiago comenzó a llorar, su madre, lo miró y le acarició el pelo preguntándole que le pasaba, Santiago de repente grito: ¡Frena! Y eso fue lo último que se escuchó, de él. Un solo testigo hubo de ese hecho y comentó a los diarios de lo ocurrido.
¿El niño, como sabía lo que iba a ocurrir? Esa duda siguió rondando en la cabeza de Javier y de María Paz, los dos años posteriores.
Hasta que un día frío, alguien totalmente desconocido en el barrio, golpeó la puerta de la casa de Javier y María Paz. - Soy el testigo del choque. Dijo con voz temerosa.
Solo media hora, estuvo adentro y salió caminando lentamente hacia la Avenida principal. Dos vecinas, de enfrente que estaban charlando, lo vieron salir, pero les pareció extraño que ni Javier, ni Paz, lo salieran a despedir.
Una hora mas tarde, la policía estaba entrando a la casa, nadie en el barrio sabía lo que había ocurrido, las dos mujeres estaban viajando hacia la ciudad vecina, en eso apareció un hombre con sonrisa macabra, frente ancha, ojos color negro y muy pálido frente a la casa pidiendo hablar con la policía. Estuvo aproximadamente una hora hablando con la policía, y vio que llegaban las dos mujeres que habían estado observando la casa, gritó hasta que las dos mujeres se dieron vuelta: ¡CULPABLE, TOTALMENTE CULPABLE!
Las dos vecinas se quedaron completamente paralizadas, miraban fijo al asesino, y sus equipajes cayeron al piso.
¿Por qué reconoció que había sido el? ¿Qué lo hizo recapacitar? ¿Qué tuvo que ver con el choque de Paz en el que murió un pequeño de tan solo seis años? Y la pregunta más importante que la policía sigue haciéndose, ¿Cómo sabía Santiago lo que iba a ocurrir? ¿Y porque solo decidió hacerle daño a Paz?
Finalmente, al asesino lo mandaron a la cárcel, pero dos años después, le avisaron a Javier en el trabajo que había desaparecido mágicamente. Esa noche los policías llegaron a la casa de Javier, y le contaron personalmente lo ocurrido, los policías bromeando dijeron: -¿No sera un fantasma? Javier se puso completamente pálido y dijo con nerviosismo: -¡Frente ancha, pálido, sonrisa macabra! y llorando repitió varias veces: ¡¡¡¡HECTOR!!!!
¿Pero porque no le habría hecho nada a Javier? Acaso se estaría guardando lo peor para el final.