Tras la puerta pude ver la silueta de tu alma, asomarse,
y quise tocarla, mas cual nube de humo desapareció.
Por la ventana, vislumbré un haz de tu vida,
y cuando quise llenarme de su luz,
a mi tiempo llegó el ocaso.
Quise cruzar paredes, atravesar selvas, romper agua,
y me encontré con frío,con espinas, con oscuridad, con silencio;
aquel silencio sepulcral de aullante incertidumbre, de dudas, de abismo sin fin.
Quise hablar contigo y sólo estabas tú,solo,
desnudo de ti, buscando rosas entre la yedra,
mientras yo, en el centro de aquel vacío de estar sin ti,
busco la huella de tu camino perdido.
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