Habían siempre chispas
perseverantes, pertinaces,
pero ansíábamos el fuego.
Cuando lo obtuvimos
reinamos en los días que siguieron
pues acabó con el frío
que se marchó sin protestas.
Alzamos nuestras miradas
al ver hogueras y llamas
y encauzamos mañanas sin prisa
como la sombra de un águila
silenciosa e implacable.
Texto agregado el 31-10-2011, y leído por 248
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Lectores Opinan
31-10-2011
Asi me gusta poquitas palabras y toda una historia. -St_Clipper