Conocí hace tiempo una joven, con cabellos rubios y mirada triste, bajo sus ropas y su maquillaje guardaba tanto hastió pero de pronto un mensaje en su computador era el inicio de un romance, un joven había mandado un poema y ella extrañada aclaró al joven que debía ser una equivocación claro estaba que ella no esperaba mensaje alguno, pero esta vez es le dijo que una imagen suya en una página lo había cautivado y aun en la distancia ella comenzó a sentirse amada, así se convirtió en su luz todos los días recibir un poema, una invitación a amar aun en la distancia, luego empezaron a llamarse por telefono y esta vez le hacia una invitación ; todo sucedía a la distancia, los separaban muchos kilómetros, pero se hizo usual su llamada para invitarle a ver juntos como la lluvia dibujaba corazones en la ventana, era bonito imaginar que algún día caminarían juntos por una calle, o que se sentarían juntos a la mesa. Ella estaba saciando la sed de ser amada que te tenia, pero solo era eso un amor a la distancia, entonces comenzó a ver la necesidad de sentir su piel, de mirar sus ojos y fue allí cuando presionarlo fue el arma que encontró para acercarlo a ella, y claro el accedió estaba loco igual por hacerla suya, por estrechar su mano y decirle, pero esta vez a viva voz Te amo. Y pasó el tiempo y se acercaba el día en que por fin estarían junto, al menos eso pensaba ella, hasta que como por arte de magia el día esperado llego pero el joven no, lo busco, y nunca supo a donde se había ido el protagonista esa felicidad fugaz, el anfitrión de su alegría y fue allí cuando todo comenzó a ser gris como antes lo era, pero ahora al menos de vez en vez venia a su recuerdo aquel idilio y solía sonreír mientras una lágrima corría en su mejilla. |