Una sonrisa se escapa tras una pequeña grieta de luz,

Aunque la más fuerte de las puertas esté cerrada, un simple y debilitado bardo puede entrever el punto débil de la cerradura. Con la ayuda de la noche esa diminuta luz creada por esa leve sonrisa, le marca la esperanza de conseguir el estallido de la luminosidad de una carcajada conjunta, dual, feliz.
El triste bardo no se detiene por el miedo, ni por las ventiscas desoladoras del hundimiento más profundo. El sabe que un momento centelleante puede esconder el mayor de los tesoros, la mejor de las canciones que es capaz de fundir los cuerpos más desvalidos en un fluir de pasión recordada.

En el pozo más oscuro y profundo del ser humano, una simple luciérnaga puede iluminar el mundo…