Silente me vi en el reflejo de la mañana
cabizbajo recorrí el contorno de la imagen
y un grito silencioso me espetó al reloj
solía eludir la palabra que me atormentó.

Pasó varios días en cálidas miradas matutinas.

Complejo fue el azar de la mirada final
nadie la esperaba
pero su espejismo lo anunciaba
lo anunció en inusitada alegoría.

El día llega sin más
tristeza recorrió a la imagen premonitoria
escozor recorre su silueta
el elixir amargo de la despedida.

Un viejo marino de la isla patria
dijo en compás similar
lo que termina
no fracasa
nos espeta de forma drástica y nos dice:
al menos sirvió para demostrarte...
para demostrarte que no era posible.