¿Cuando acabara esto?,
quizá el inferno sea creer estar vivo,
creer estar despierto en un respiro actuado por millones de fantasmas,
caracteres nefastos armando construcciones aparentes...
de rasgos escenográficos no mas útiles que un gran circo apunto de caer en mil pedazos,
para acabar con la felicidad de los niños – hombres.
El hotel se obscurece y todos me observan,
sus caras pálidas y demacradas piden una explicación,
y decido seguir fumando,
decido al fin no temerle a la mirada asesina,
ahí todos se vuelven de súbito hiriendo un anhelo,
se alejan y desisten al relato inmisericorde que los posee...
y ahí estoy,
esperando un algo sin letras,
sin expositor,
solo estoy parado junto al querubín maldito...
intoxicado en el humo irresoluto de la pequeña bestia,
en su obra y actuando sin saber mi parlamento...
fumando,
y de pronto entiendo y el sonríe malicioso,
“¿Que haces aquí Dante?”...
y sin expresarlo respondo: “Buscándote”,
“Aun no... aun no” agrega y el hotel vuelve a su luz normal.
Las gentes retornan a los paseos ocupados,
a la charla casual...
el otoño deja caer unas gotas,
el querubín vuelve a su estado bronce – inmóvil.
Un sueño termino,
acometida mi realidad retorna una pregunta incomoda,
¿por que?.
(Dante epígono)
|