El amor libre se mece en su cuna de cristal
allí crece orgulloso, tímido y celestial,
busca siempre la belleza del alma para soñar,
de lo contrario su esencia no existiría jamas.
Somos eso que aparece puro, limpio,
cuando llega es tan suave, tan especial,
que si no lo sabemos cuidar en poco tiempo
el, escapa dolorido antes de perderse, se va.
Y nos quedamos tan solos, sin su luz,
la tristeza nos aparta del aquel hermoso sentir,
nos alejamos sabiendo que ya no volverá,
al menos que nuestra alma sepa donde buscar.
Y si por ventura sucede que feliz nos hallara,
seremos todo ternura, toda bondad, todo amor,
ya que al penetrar nos de nuevo el alma renacerá,
con mas bríos, con mas ángel, nunca mas no dejara.
MARÍA DEL ROSARIO ALESSANDRINI.
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