Quisiera sentarme a la orilla del camino a ver mis penas pasar.
Quisiera dejar salir el río cristalino que recorre mis venas
Quisiera desembocar en tu mar, o el de aquel.
Quisiera soltar las algas verdes que me atan a tus tierras y
Volar, volar volar…lejos de ti, lejos de todo.
Caminar por arenas suaves y calientes que amasen mis pies,
Sentir la seda fresca acariciar mis placeres y dejarme llevar
Arrastrada por la brisa sinuosa de San Pedro de Atacama hasta
caer rendida arrullada por los grillos eternos de una noche sin dueño.
Texto agregado el 25-10-2011, y leído por 154
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