-¿Ya te enteraste que un hombre mató a su esposa, que la enterró en el patio de su casa y que después de un tiempo se estaba volviendo loco porque no dormía, teniendo que soportar al perro que ladraba todo el día, lanzando sus ladridos hacia al cuerpo de la esposa en descomposición debajo de la tierra, y que los ladridos le causaban al hombre el insomnio y no su conciencia por haber matado a su esposa, y
por eso quería matar a su perro y sin embargo no lo podía hacer, porque no quería que su hija se entristeciera otra vez, al decirle que el perro los había abandonado también, como su de madre?

-No, no me he enterado, que pena… hace mucho tiempo que me mudé del pueblo con mi hija y mi perro.

De inmediato crujió un golpe seco que retumbo en el piso y paredes de la casa, seguido por ladridos de perro; el hombre con la respiración agitada, los dientes apretados y sin esperar respuesta preguntó.

-¿Porqué tenias que hacer esa pregunta?