Mujer de mirada camaleónica
Déjame vivir en la costa del mar de tus ojos
Permíteme navegar cada tarde en su playa
Para alimentarme de la pesca diaria
De tu mirar angelical.


La sed quema mi boca y mis labios se rasgan
Por bañarse en la sal de la soledad.
Me falta hidratarlos con tus besos
Besos lubricantes de mi mal de amor.


Vuelve a mí tus ojos
E hipnotiza mi vida con el prado de tu mirada.
Deja plantar en él la flor de mi vida
Y cosechar en tu iris
Un futuro de felicidad
No dejes que la oscuridad me guíe
Sin destino seguro
A la morada de la soledad.

Ilumina con tu mirada el camino
Que me lleve hasta ti,
Hoy, mañana, no sé,
Pero hazlo; llévame a vivir a tu luz
O regálame una vez más la dicha
De verte a los ojos un segundo
Que de ellos obtendré lumbre
Para darle calor a mi corazón congelado de dolor
Y luz eterna para alimentar la vida de mis recuerdos.