Grácil, sutil, pero constante;
el anhelo por tu sonrisa encrespa mis bellos
como si la voz de una cantante negra
me gritase en canto lo que quiero decirte.
Te amo, porque no dejo de pensarte
y te daño, porque no dejo de amarte.
Ambigua dicotomía
que domina lo que quiero y siento.
¿Por qué te amo tanto si lo que haces
lo detesto como el sol al invierno?
¿Por qué te amo tanto si tu forma de ser me golpea
y lucha con fiereza contra mis ideales?
Cómo puedo amarte si odio lo que haces,
como actúas, como piensas…
Te amo porque eres la antagonista
de la obra que represento.
Te amo porque envidio tu idiosincrasia
y quisiera volverme tú por un día
para ser libre de la presión
que la responsabilidad me ha creado.
Te amo porque odio lo que haces,
pues representas lo que quiero y no tengo.
En definitiva, te amo porque te odio.
Texto agregado el 24-10-2011, y leído por 90
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
24-10-2011
Del amor al odio hay un paso . Buen texto . autumn_cedar
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