El Intihuatana (Cuento)

Erase un tiempo en el antiguo Perú; en que todas las grandes cosas se hacían en piedra y las batallas se libraban a pulso vivo, con el corazón de las rocas. El dios de ellos brillaba sobre las cabezas de sus súbditos y era representado en la tierra por el Inca todo poderoso.
Hubo de entre sus escogidos uno que desafió, bajo la influencia de la gran serpiente “Boa”, al omnipotente Inti. Este, sintiose celoso del brillo solar, mando, cegado por la envidia, a un gran guerrero, llamado Catequil. Este era capaz de rasgar los cielos con su honda mágica - ¡Ve y tráeme un metal más refulgente que el oro mismo!- le dijo-. En vano buscó por toda la costa. Triste regresó postrándose a los pies del soberano: -¡Mi señor, el metal que me has pedido no existe! El Inca, con profunda ira, lo desterró. En su camino al destierro, el Inti lo transformó en un inmenso desierto.
Chipuluc, “el de la macana prodigiosa”, capaz de abrir el suelo de un solo golpe; fue el segundo guerrero en ser enviado, con la consigna de conseguir el metal añorado, pero éste también fracasó. En su destierro, fue transformado en un viento lastimero, que rondaría por siempre los inmensos andes.
Desde lo alto el gran Inti envió al Cóndor a prevenir a los grandes sabios. Estos se opusieron al mandato real de suspender la fiesta del “Inti Raymi”, siendo ejecutados en el acto.
Con mucho más odio en el corazón, el Inca invadió el templo de las Escogidas del Sol y ultrajó a la más bella, destinada al servicio divino.
Fue cuando el cóndor cumplió su segundo encargo. Encontró al monarca meditando en un inmenso jardín de palacio y le previno de sus actos. En un instante en el que parpadeo los ojos, el Inca cortó la cabeza de la gran ave. Para sorpresa del soberano, éste siguió hablando: - Por tu desobediencia y arrogancia, la historia olvidara tu nombre ...Tu pueblo sufrirá y todo lo que por designios divino perteneció a tu casta, en poco tiempo será de un pueblo que dista mares de aquí - Luego de profetizar esto, desapareció. Los animales sagrados lloraron la desventura del Imperio y la Pachamama no produjo más en los valles. El Inca –ingenioso- mando construir andenes y grandes acueductos para suplir la producción y siguió obstinado en su deseo.
La Gran Serpiente contó al Inca la maravillosa historia de un ave de brillo propio que moraba en una cueva en la indomable selva amazónica. Este envió a Mangallpa, “El Guerrero Formidable”, para adueñarse de ella. En dos años exactos volvió con el ave mítica. El Inca mató al ave y mandó a sus mejores sastres a hacer un traje con las luminosas plumas.
Fue en la noche más oscura de la historia, donde la luna no quiso asomarse, cuando fue acabada la empresa.
El Inca enfúndose en el traje luminoso y salió en dirección de la montaña más alta, seguido por la serpiente y de un incontable sequito para que lo adorasen. De repente, apareció el Dios Sol que, con voz de trueno, mientras la Tierra temblaba le dijo: ¡Contaras el paso del tiempo y serás mudo testigo de mi olvido a tu pueblo. Por haberte comparado conmigo, Creador del todo!
Simultáneamente, la serpiente se calcinó y el sequito quedó convertido en grandes y relucientes rocas. Con el paso del tiempo allí mismo se erigió el imponente “Machu Picchu”, ultimo bastión de los Hijos del Sol, donde hoy se puede apreciar el Intihuatana ... el Reloj Solar Inca.

Una alucinada de: Brander Gonzáles López
Dedicado a mi NAGC

Chiclayo, Junio 25 del 2002