Autor: Orlando José Hernández.
Plegarias del corazón, un amor disuelto
Feliz de conocerte y tenerte el tiempo mientras duro la llama, la flama que con su calor me hizo fuerte.
Feliz de ver en tu rostro una sonrisa y en tu mirada el brillo que me llenaba de luz y tus mejillas ruborizadas cuando te pretendía un beso.
Feliz de alcanzar y morar en ti envueltos en nuestro amor, donde cada beso se volvía infinito, donde las miradas hablaban, donde cada caricia era envidia del viento y el pensamiento siendo inmenso a plenitud recorrió la inmensidad del mismo cielo, todo eso en el momento que el reflejo de un segundo se queda corto.
Feliz, cuando en mis sueños te vi dormir a mi lado, mi pensamiento me llevo a tus aposentos después de la rutina de un día agitado entre el tiempo que pasa sigiloso mientras dura.
Feliz, de haber tenido la dicha detener tu amor y ser parte de tu sonrisa.
Y soy feliz, pues a pesar que la voluntad de un capricho me arrebato sin más ni más tu querer, volublemente como la sal en el agua se volvió todo por cuanto le di gracias a Dios por darme en la vida, era lo que pedía ser feliz.
Y soy feliz, es lo fortaleza de tus besos que yacen en mis labios como un tatuaje en la piel y me hacen fuerte sin tener tu presencia.
Y soy feliz, sin tenerte ni verte ni sentirte; es tu voluntad mas no la mía. Pues si así te sientes feliz yo igual lo estoy.
Hoy mi doncella se aleja de los predios del castillo de mi corazón, ella quiere ser libre; nómada en el firmamento mi pensamiento la busca y no la alcanza a ver.
Y aun así soy feliz, la lección que hoy la vida me ha mostrado, me ha llevado lentamente a guardar los recuerdos contra mi voluntad para continuar mi rumbo, a renunciar a un amor posible, mientras duro; he imposible, pues se volvió débil.
Y aun sigo siendo feliz, he renunciado de palabra por que mi alma y mi corazón se niegan, pero aun así la posición tomada lleva un solo camino indicando siempre mi norte.
Hoy mis recuerdos son dibujantes en mí; del reflejo de la enseñanza de los caminos de la vida.
Y SOY FELIZ POR QUE TENGOLA GRACIA DE DIOS, EL ME DA LA VIDA. |