J irón de mi carne
A vivas el fuego de mi vida
V inculando el amor y el orgullo.
I ncendias mi existir
E n la llama de tu sonrisa.
R íes, y mi alma
A limenta su etérea esencia.

A ntes de ti, la vida sonreía.
N o sabía que el paraíso
T enía forma de niña
O se podía visitar
N adando hasta la isla de tu mirada,
I sla picarona que anuncia
A nhelante que una travesura se acerca.

G racias pequeña princesa
A mante del descubrimiento.
N unca estarás sola en esta vida
A unque me alejen de ti las circunstancias.

U na mirada tuya, una
R isa de tu boca y me obligo a
B uscar lo mejor de mi ser
I nvadido por la penumbra de
N o saber cuándo ni dónde
A nidaré mi mañana.