Una noche de luna llena, en la cama me hallaba,del lado izquierdo;y la luz de la luna, blanca como la tiza,que entraba por el cristal de mi ventana,bañaba mi rostro.
Derrepente escuché un chasquido,como el de una rama romperse, y fijé mi vista hacia el exterior.
Con miedo me aferré hacia la espalda de mi pareja,y traté de uír de la ansiedad.
Otro chasquido,un estremecimiento mio, cerré los ojos, y presté atención a los sonidos.
No se escuchó nada.
Con temor y curiosidad, abrí los ojos lentamente, y de a poco la luz de la luna, reflejada sobre la pared, dibujó una silueta de un hombre.
Quíse gritar, pero no pude. Estaba paralizada.
El hombre se acercó, y pude verlo mejor, pude verlo mejor que núnca.
Cabello bronce despeinado hacia atras,ojos fuertemente verdes,tez clara y aún mas por la luz lunar, y labios carnosos. Su nariz era perfecta y se comunicaba perfectamente hacia sus ojos, conformados por largas pestañas y firmes cejas.
Era perfecto.
Cada parte de su rostro y su glorioso cuerpo encajaban perfectamente,y logré saber quien era.
Era mi ilusión.
Algo que nunca existió,lo que siempre esperé con ánsias,por que yo sabía que algún dia vendría.
Era el hombre de mis sueños que vino a rescatarme y amarme, yo sabía , por más loca que parezca, que Mi Ilusión saldría de mi mente, en carne y hueso.
Esperando una palabra de él, me limité a cerrar y abrir fuertemente los ojos y a sacudir ligeramente mi cabeza,pero él seguía allí, en la misma posición en que lo había encontrado anteriormente.
Aún con los labios temblando, me atreví a decir:
-¿Quién eres?
-Soy tu ilusión- contestó, su voz era gruesa, pero amable.
-¿A qué has venido?
-Vine a traerte conmigo,vine a llevarte para siempre, para que estés conmigo,como siempre deseaste.
Lo observé con los ojos fuera de órbita:
-¿Por qué tan tarde?
Se limitó a mirarme.
Al esperar su respuesta, que no iba a ser respondida,le reproché:
-¿Por qué has llegado justo ahora?, ¿Por qué no viniste en los momentos mas difíciles de mi vida, cuándo más te necesité?
Su rostro era angelical y su expresión no mostraba más que inocencia.
Esperé su respuesta, que fluyó facilmente de sus labios:
-Si tanto tú me amas,si tanto me esperaste,y tanto me inventaste,¿Por qué no quieres venir conmigo ahora? ,si esperaste por mi todo este tiempo, ¿Cuál es el problema?
No encontré sentido en aquél instante a mis pensamientos, pero mi respuesta si lo tenía:
-Por que no necesito irme, quiero quedarme, SOY FELIZ.
Mi ilusión me sonrió, asintió una sola vez, y salió por la puerta , sin hacer ruido alguno.
Me quedé tildada por un segundo, retrocediendo mis recuerdos una y otra vez, miré a mi pareja, que no había despertado en el transcurso de la noche,pensé en las personas que me amaban, y caí en la inconciencia. |